Hola a todos en agosto de 2.007 mi compañero de la peña ciclista Solera Emilio Frutos (fundador de la plataforma siempre a tope) y yo, nos embarcamos en una aventura de 13 días de los cuales 9 eran pedaleando a una media de 155 kms diarios con un peso entre bici y alforjas de unos 35 kgs.
Con que fuerzas partíamos el primer día, etapa que nos llevaba de nuestro punto de salida S.Sebastian de los Reyes a Aranda de duero.
Fue una de las etapas más duras por que atravesar la zona de la sierra madrileña nos machacó las piernas. Con tanto peso no lográbamos pasar de 10 a 12 km/h en las subidas. Al final llegada y premio, una buena cena y a acostar.
La segunda etapa nos debía llevar hasta Miranda de Ebro creo que pasamos de los 170 kms. y la verdad siendo solo el segundo día, empezamos a plantearnos muchas cosas, afortunadamente el paso de los días nos hizo las piernas a la ruta y nos fuimos acostumbrando.
Este día fue de extremo calor y surgieron las primeras molestias musculares, afortunadamente después de muchas dudas y de intentar acortar la etapa llegamos a nuestro destino Miranda de Ebro descansando en un céntrico hotel y reponiendo fuerzas con una gran cena.Cabe destacar la mala noche que pasé este día pensando en que un pinchazo en el muslo me pudiera complicar la vida, y nuestro sueño de llegar a la capital del Sena.
Al día siguiente partimos abrigaditos como todas las mañanas, según avanzábamos la ropa sobraba yo iba despacito no me fiaba de mi pierna, Emilio parecía bastante entero, poco a poco el cuerpo se va acostumbrando a una rutina de paradas de comidas de siesta, la cosa Iba tomando el color que nos iba a acompañar en toda la ruta. Parada para almuerzo a mitad de mañana con unos 40 kms. cubiertos, parada a comer con su siestecita con unos 80 ó 90 kms. parada a media tarde a los 120 kms. aprox. y parada en el destino final a los 160 kms. Este formato es el que nos acompañó hasta el final y al que nuestro cuerpo se habituó. Esta tercera etapa nos metía por tierras Vascas hasta la muy bonita ciudad de S.Sebastián. Y muy contentos, yo por que mi pierna había pasado la prueba y Emilio por que estaba hecho un toro. Además avistamos nuestra primera indicación de París 857 kms.
Que bonito es San Sebastian, yo no lo conocía, Emilio si tenia la suerte descansamos en un albergue del Camino de Santiago, y probamos la magia de esta gran ruta, cenamos unas tapitas en un bar de la ciudad y de vuelta al albergue, antes de acostarnos momentos infinitos de charla con los peregrinos que aún sin ampollas nos comentaban con ilusión lo que esperaban encontrase en su ruta y nosotros pues decíamos que íbamos a París lo que siempre iba acompañado de susurros e incredulidad por algunos de los que nos oían pero SÍ. Íbamos a París y al día siguiente entrabamos en Francia.
La etapa empezó movida con numerosos ataques de Emilio a los que yo respondía cogiéndome a rueda como podía.... bueno es broma. No teníamos tanta suerte ni fuerza.
Este día con un calor agotador fuimos por el país Vasco Francés, que playas más chulas y que ganas de bañarse y que ambiente más bueno. Nos dirigíamos hacia Laharie punto final de esta etapa.
Como anécdota reseñable de esta etapa, es que al paso por la localidad Vasco-Francesa de Bayona, entré en una tienda de bicicletas y me encontré con fotos de mi amigo, compañero de grupeta y flamante campeón de Francia en categoria veteranos Serge Sauzerau Galigazón. Saludé al dueño de la tienda y me enseñó su bicicleta que estaba allí reparándose, me eche una foto, quedé en enviársela a Sergi pero no lo he hecho así que espero que la vea en este blog.
Paramos en Bayona a comer y nos echamos una siestecita a la sombra de un arbolito, una pequeña carga de pilas para continuar hacia Laharie.
Aquí adentrando nos en Francia empezaron a surgir las primeras equivocaciones y despites con las carreteras, puesto que todavía no sabíamos interpretar las señales.Por fin después de un dia bastante caluroso y duro llegamos a Laharie una aldea muy bonita y no es que fuera tranquila es que creo que podía haber viviendo 4 personas mayores. Nos quedamos en un camping que por 20 € nos dejaron dormir y encima nos montaron la tienda de campaña.
La cena nos soplaron 25 €. por cabeza en el único restaurante de la aldeita que estaba muy enfocado al turismo pero mereció la pena por que el sitio era encantador y de lo más relajante y esto nos vino muy bien después de un día tan duro. Además los camareros nos trataron muy bien y cuando supieron de nuestra hazaña, nos invitaron al vino y al champán.
La aldeita era extremadamente tranquila pero el camping que a simple vista parecía muy tranquilo nos sorprendió cuando a las 2 de la madrugada estando ya de siete sueños en la tienda (con los pies una cuarta por fuera por que no cabíamos), empezaron a encenderse luces y a salir gente de sus tiendas al sonido de Metálica por los altavoces del camping. Emilio y yo que alucinábamos pero que no nos atrevimos ni a salir de la tienda por si nos secuestraban, nos miramos y nos dijimos que por eso nos abría salido tan barato, y seguimos durmiendo, el cansancio nos daba para dormirnos hasta en ese sitio que estábamos, una fiesta heavy en la mitad de un campo perdido de Francia.
Al dia siguiente 5º etapa que nos debia de llegar a Bordeaux y fué un dia bastante duro, aquí Emilio pasó unos de sus peores dias con los rozes que le probocaba el culotte, tubimos que parar varia veces, y en la llegada a Bordeux, una ciudad tan bonita y monumental como grande y dificil de manejar, la etapa acabó aquí pero no por nuestra voluntad, si no porque nos tiramos toda la tarde para poderla atravesar sin éxito y decidimos pernoctar en la ciudad pensando que además un paseito por esa ciudad tan bonita estaria bien.
Después de la ya habitual "ruta de los hoteles" albergues y pensiones de cada final de etapa, nos decidimos por una pensioncilla mega cutre del centro de Bordeux, pero que estaba bien por que además de ser barata, era céntrica y además como bien decía Emilio para justificar la escasa inversión que ese día habíamos empleado en pernoctar, estaba en el Bordeux bohemio.
La sexta etapa que empezábamos por las calles de Bordeux con destino a St. Jean de Angely este día como si de un jefe de filas se tratara puse a Emilio a tirar todo el día de mí, por que me había vuelto y de que manera las molestias en el muslo y peligraba mi continuidad en la ruta.
Emilio por supuesto sabedor de mi lesión no puso ninguna pega y el aire le es tubo dando en la cara las 9 horas de aquella interminable y abrupta etapa, que incluyó saltos de vaya para salir de las autovías al ver a lo lejos a la policía y un amplio recorrido por los barbechos Franceses. Así que como veis de Francia lo vimos todo o casi todo.
Llegamos a esta hermosa aldea Francesa y después de lo cutre del dia anterior en la pensión de Bordeaux, decidimos descansar un poco mejor en un hotel céntrico del pueblo, cenita charla regada de un buen Vino de Bordeux y a dormir.
Y estamos en la séptima etapa, St jean de Angelí - Chaleterrault con mas de 160 kms. Y que día más bonito de ciclismo con un sol y una temperatura ideal, gracias a que el tiempo nos acompañaba por que a estas alturas las piernas ya casi no responden y las lesiones están presentes de forma constante.
Hasta aquí hemos llegado dentro de lo cabe bien a buen ritmo las medias en las etapas están en 22 km/h. y la compenetración entre Emilio y yo es total. Casi que el cuerpo nos pide a los dos parar al mismo tiempo y los dos también tenemos ganas de acabar las etapas en el mismo sitio. Así que perfecto más no se puede pedir.
La salida de St jean plana en la campiña Francesa pueblos muy bonitos carreteras muy tranquilas comarcales.
En esta etapa pasaban los kilómetros muy despacio y es que el cansancio ya es evidente. Queremos llegar a la primera parada que la tenemos prevista sobre el kilómetro 40, pero no llegaba y la vista involuntariamente se te va al cuentakilómetros, esto es uno de los males que te entran cuando llevas tantos días a tantos kilómetros. Intentas separar la vista del cuenta ó ponerlo en la función de velocidad máxima para que no se vean los kilómetros que llevas y así dejar de obsesionarte.
Por fin paramos en un super y hacemos la compra del día, fruta, boyos unos frutos secos y jamón serrano en lonchas, por llamarle algo porque de serrano no tenia nada pero bueno a falta de pan buenas son tortas.
Continuamos la marcha llevo la mano izquierda desde hace tres días dormida en las llemas de los dedos, esto es normal porque no llevo guantes cortos y el manillar de la moutanin- bike me corta la circulación, paramos en un decatlón y me compro unos y por fin lleguamos a chatelerrault. Hoy hemos vuelto a superar los 160 kms.
El pueblo de Chatelerrault es bastante bonito con un estilo todo el medieval y no le falta su río con unas riberas muy cuidadas. Paseo cena, cervecitas, charla y al hotel en el centro del pueblo.
Octava etapa entre chatelerrault y Bougonce con bastante calor y con las ganas como el primer día por que se siente la cercanía de la capital Francesa.
Tanbién estas ganas a ultima hora vienen dadas por que estamos respondiendo bien a los días de bicicleta intensiva, nuestros miedos nunca fueron el no llegar a nuestro destino por pájara o por falta de fuerzas, si no por lesiones. Por que al fin y al cabo nosotros somos ciclistas de carretera y la mtb no la cogemos en todo el año y eso, con sesiones tan largas, te pueden aparecer lesiones que te separen de tu reto, pero eso no fue así, o mejor dicho fue así pero lo pudimos ir superando día a día y estábamos ya a unos 300 kilómetros de París.
En esta etapa con unos lugares paradisiacos, y con unos pueblos también preciosos por su arquitectura.
La primera mitad de la etapa se hizo muy bien pero la segunda mitad, (la mas bonita) toda por las orillas del caudaloso y no menos famoso rio Loira se hizo bastante dura. Aquí pasamos unos de nuestros peores momentos de los nueve dias de ruta y como no hay mejor defensa que un buen ataque nos pusimos a tirar más fuerte si cabe elevando la media de los 22 Km/h que abitualmente llevábamos a los 24. Todo esto con el único fin de hacer los últimos 40 kms. lo más rápido posible.
Los últimos 20 kilómetros antes de Bougoncí los hacíamos por un carril bici con bastantes sombras que nos refrescaban y nos invitaban a entrar a esta bellísima, quizas la ciudad junto con París y Bordeaux más bonita que conocimos, charlando y despreocupados del ritmo que llevábamos.
Cenamos en un restaurante Italiano al aire libre a las orillas del Loira, ideal para enamorados. Al lado una Orquesta y una temperatura magnífica para quedarse tomando una copa sentado en la terraza despues de la cena. Y así lo hicimos, hicimos nuestras respectivas crónicas sentaditos al fresquito, dimos un paseo por las orillas del Loira y se acabó el dia.Empezabamos nuestro ultimo dia, teniamos que cubrir la distancia entre Bougoncí y París 155 kms. Atravesando Orleans. Salimos como si fuese el primer dia. El saber que estaba muy próximo el fin de estos nueve dias de ruta, hizo que nos plantaramos en la mitad de la etapa más calurosa de la ruta en 30 km/h de v/media. La ilusión por imaginarnos ya entrando en la ciudad más bonita del mundo en bicicleta y procedentes de madrid. Hacia que ya no pensaramos ni que nos podiamos lesionar, ni que había que guardar fuerzas para el día siguiente, ni nada de nada y el resultado fué que hicimos la etapa más rápida de toda la ruta.
Y eso hizo que a mitad de etapa en la parada de la comida nos resintieramos de las rodillas con unos dolores que incluso bromeabamos a menos de 70kms de París sobre si ibamos a ser capazes de llegar y es que cuando uno arrastra tanto peso en la bicicleta sin estar acostumbrado estos acelerones se notan.Y a por los ultimos 65 kms. con una mezcla de alegria y nostalgia por la aventura que acababa.
Zona de repechos y recuerdo que por lo menos unas diez veces le dije a Emilio..... - Emilio mira seguro que despues de esa colina vemos la torre eifel- . Ni de coña ni detrás de esa, ni de la siguiente, ni de la siguiente, ni de la siguiente. Joder haber si nos hemos pasado París, comentabamos en broma. Nada de eso, eran las ganas tan tremendas por llegar. Y llegamos, por que todo llega y con ello el fin de nuestra aventura.
Atrás nueve dias de ruta. 1.300 kms. recorridos, alegrias y por supuesto más alegrias, por que aquí no hubo cabida para la pena. La verdad es que todo esto fué el paraiso montado en bicicleta. Y una comvivencia explendida con mi compañero de fatigas, eso probablemente es con lo que me quedo. La gran convivencia y el gran compañerismo que tubimos durante toda la ruta.
3 comentarios:
Buenass.... estoy planeado tu hazaña.Me cabe una ligera duda que creo puedas solucionarme: Como regresasteis? lo digo por los impedimentos que ponen a la hora de meter las bicis en trenes, autobuses, etc.
Un saludo y felicitarte por esa PEDAZO DE RUTA.
hola luis pues bueno mi compañero la subió al avión.. Yo la facturé en un transporte de mercancias tipo DHL o Seur y me la trasladó a Baiona por un módico precio. En baiona tengo amigos que viajaban esa misma semana a madrid y me la acercaron.
Esto evidentemente no te ayudará mucho pero lo que si te puedo decir es que desmontandola bien y metiendola en cajas puedes facturarla en el avión así lo hizo mi compañero.
un abrazo y animaté que es una gran experiencia.
Buenas Raúl!! También estoy planeando realizar tu hazaña, la duda que tengo es aproximadamente cuando dinero gastaste durante todo el trayecto???
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